Hoy se cumple un año más del natalicio de Eugenio Garza Sada y del fallecimiento de Adolfo Prieto. Ambos, empresarios filántropos y con visión extraordinaria que dieron a Monterrey la enseñanza del amor al trabajo y la solidaridad hacia el prójimo, deben ser recordados con más fuerza para despertar en los empresarios el verdadero sentido humanista de la administración.
No es ninguna coincidencia que nuestra ciudad haya conocido su mayor prosperidad en tiempos de Garza Sada, Prieto y otros empresarios más que forjaron con bondad, fuerza e inteligencia los inicios industriales de Monterrey. Además, tengamos en cuenta que el éxito económico de países como Alemania y Japón se debe, en gran medida, al ejercicio ético y humano de sus empresarios. Señores empresarios: trasciendan no tanto por las ganancias económicas, sino por la capacidad de amar y servir a su comunidad.
Carlos Manuel Vives Garza
Guadalupe, N.L.
CARTAS A EL NORTE
11-ENE-05