Un hombre iba por el camino, y se encontró con la Alegría. Al verla se puso muy contento.
-Me alegro que te alegres -le dijo la Alegría-. Pero debes saber que también la Tristeza va por el camino.
Otro caminante se topó con la Tristeza. Se entristeció mucho cuando la vio.
-Me entristece que te entristezcas -le dijo la Tristeza-. Pero debes saber que también la Alegría va por el camino.
Los dos caminantes aprendieron que en el camino hay alegría y tristeza. Pero actuaron en modo diferente. El hombre que encontró a la Alegría fue poco sabio: se entristeció en su alegría por el temor de hallar a la Tristeza. El hombre que se topó con la Tristeza fue muy sabio: en su tristeza se alegró por la esperanza de encontrar la Alegría alguna vez.
¡Hasta mañana!...
Por Armando Fuentes Aguirre
El Norte
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