lunes, septiembre 06, 2004

Por favor, dígale no a los programas de chismes de espectáculos. No sé a usted, pero a mí ya me resulta mortalmente aburrido el repertorio de "celebridades" y las temáticas de esas emisiones. Son como las películas pornográficas: una vez que ha visto una, las ha visto todas, nomás cambian los "actores". Lo mismo ocurre con Ventaneando, La Oreja, Con Todo, Ellas con las Estrellas, El Ojo del Huracán y los segmentos de espectáculos de Hoy, Cada Mañana, Tempranito, Con Sello de Mujer, Las Noticias del Canal 2, Info 7 y hasta los de Canal 12 (que ni figura, pero bueno).

Ya sé, no faltará quien diga que el chisme es algo que a todos nos gusta y que las televisoras sólo se limitan a complacer a la audiencia que es la que les da el rating. En efecto, el chisme es uno de los más deliciosos platillos, pero lo que pasa en nuestra televisión es que ya estamos inmersos en un círculo vicioso y por mucho que le encante a uno escuchar noticias escandalosas de los famosos, la falta de balance en la información acaba por hartar y se pierde cualquier impacto. Lo que es básico para ser tomado en cuenta por la TV es el potencial de escándalo que se tenga. No provocas controversia, no escandalizas a nadie... no le importas a la tele y, con la pena, te quedas sin promoción. La palabra clave es sensacionalismo y entre más barato, mejor. ¿No es como para dar vergüenza?

Yo le invito a que le diga "no" a ese tipo de entretenimiento, que se aguante las ganas y le dé chance a otras opciones que le serán menos nocivas e igualmente divertidas. Si les baja el rating, se rompe el círculo vicioso y entonces será posible que nuestra televisión abierta cambie para bien.

Hágase un favor y dedique sus reglamentarias horas diarias frente a la TV a ver emisiones que, además de entretenerle, le dejen algo más que intrascendencias de gente intrascendente. Digo yo.

tonyboomer@elnorte.com

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